Fundación de la Danza "Alicia Alonso" ISSN-e: 1989-9017
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SALUD MENTAL Y ENVEJECIMIENTO: UNA EXPERIENCIA COMUNITARIA DE ARTE-TERAPIA ESCÉNICA CON ANCIANOS CON PROBLEMAS NEUROLÓGICOS, COGNITIVOS Y DEPRESIÓN.

Dr. Amador Cernuda Lago

INSTITUTO UNIVERSITARIO DANZA ALICIA ALONSO

UNIVERSIDAD REY JUAN CRLOS

I. Introducción

En las últimas décadas la agenda de la mayoría de los gobiernos está vinculada a una cuestión de máxima preocupación y total actualidad y que abarca globalmente el abordaje del envejecimiento demográfico, situación sin precedentes en la historia del mundo, ya que es la primera vez en la historia que se experimenta un proceso de estas características.

El incremento estadístico de los ciudadanos de sesenta años y más con respecto al resto de los grupos de edad ha sido precedido por dos transiciones: la demográfica que hace referencia a los cambios en las estructuras de la población debido a las bajas cifras de fecundidad y mortalidad, y la epidemiológica que refiere menores incidencias y letalidad de las enfermedades infecciosas y parasitarias, pero a su vez con el incremento en las incidencias y letalidad de las enfermedades crónicas degenerativas e incapacitantes. La combinación de ambas nos sitúa en un proceso de envejecimiento demográfico.

El impacto es patente en las esferas económica, política, social, cultural, educacional y asistencial. Estamos ante una oportunidad para la transformación de la política económica, los sistemas de pensiones y el replanteamiento de la seguridad social con el objetivo de mejorar con realismo la calidad de vida de los adultos mayores y sus familias. Hay que transformar la visión social en torno al envejecimiento y la vejez. 

Conscientes de todos los cambios sociales que se están avecinando y teniendo en cuenta las consideraciones que sugiere espacio Europeo de Educación Superior, diferentes universidades han empezado a desarrollar e incentivar programas formativos de investigación e intervención.

En nuestro Instituto Universitario de Danza Alicia Alonso de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid siendo consecuentes con nuestros orígenes fundacionales cubanos y con la relevancia que tienen las artes en todas las perspectivas sanitarias, educativas y sociales en Cuba, utilizadas pioneramente en el sistema de atención primaria hemos adoptado algunas de sus innovaciones y las hemos adaptado a nuestra cultura y a otras más distantes y divergentes, utilizando como modelo metodológico la investigación-aprendizaje IAP (Investigación, Acción, Participación), buscando el desarrollo de la empatía y la solidaridad desde las artes.

Determinados trabajos artísticos operan como catalizadores de procesos sociales complejos y su desarrollo impacta directamente en los grupos sociales con los que entran en relación. Dichos trabajos artísticos cuentan con un potencial de acción que debería ser estudiado para permitir establecer perspectivas que deriven en planes y proyectos de desarrollo de políticas sociales en los que la universidad, actuando como agente social, facilite experiencia profesional a sus estudiantes, desarrolle investigación y favorezca a la sociedad (Cernuda, 2014).

En nuestra Universidad hemos desarrollado algunos proyectos IAP mediante las artes de cooperación al desarrollo. La acción no sólo es la finalidad última de la investigación, sino que ella misma representa una fuente de conocimiento, al tiempo que la propia realización del estudio es en sí una forma de intervención. La participación significa que en el proceso están involucrados no sólo los investigadores, sino la comunidad destinataria del proyecto, que no son considerados como simples objetos de investigación, sino como sujetos activos que contribuyen a conocer y transformar su propia realidad. (Cernuda, 2012).

La arteterapia escénica surge oficialmente en 2017 en la ciudad italiana universitaria histórica de Bolonia, que acogió las jornadas de constitución de la International Scenic Artherapy Association, un Foro al que asistieron más de 200 investigadores y especialistas en las aplicaciones clínicas y educativas de las artes. Los delegados procedían de 24 países de Europa, Asia y América.

Los participantes eligieron presidente de esta sociedad científica internacional al profesor español Amador Cernuda, subdirector del Instituto Universitario de Danza Alicia Alonso (IUDAA) y, como homenaje y reconocimiento internacional, se acordó nombrar presidenta de honor a la prestigiosa psicóloga cubana Georgina Fariñas, pionera histórica de esta emergente área clínica, cocreadora en Cuba del reconocido Piscoballet, primer grupo de arteterapia reconocido por la UNESCO.

Georgina Fariñas también está vinculada a la URJC a través del Fondo Internacional de Investigación y Documentación en Psicoballet y Arteterapia Escénica que lleva su nombre, creado en 2015, presentado mundialmente en el VIII Congreso Internacional de Psicología Clínica, que se custodia y gestiona por el Instituto Universitario Danza Alicia Alonso en la biblioteca del Campus de Fuenlabrada desde el que se han dado grandes avances de investigación y transferencia de este nuevo modelo clínico en España, Europa , Asia y Latinoamérica. Para los procesos de intervención social y clínica desarrollados en este Fondo se ha utilizado en gran medida la metodología IAP., este fondo recibe más de trescientas visitas mensuales desde su creación habiéndose alcanzado en momentos puntuales miles de visitas internacionales. En este fondo se custodian documentos históricos e imágenes exclusivas, entre ellos las primeras publicaciones de la revista del Hospital Psiquiátrico de la Habana , de muy difícil consulta para los investigadores. 

El psicoballet surge en Cuba en la década de los sesenta, sus creadores son Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba , junto con el doctor Eduardo Bernabé Ordaz, director del prestigioso e innovador Hospital Psiquiátrico de la Habana, y la reconocida psicóloga cubana Georgina Fariñas, siendo conceptuado por el histórico Fernando Alonso en 1973, y a partir de ahí se extiende por diferentes países, toda Latinoamerica, Centroamerica, Méjico, Estados Unidos y Puerto Rico, proliferando su metodología en Europa del Este y la extinta Unión Soviética, en 1984 recibe el reconocimiento de la Unesco, tras estudiar y evaluar un dosier de 29.000 casos optimizados y resueltos con el psicoballet, siendo la única arteterapia hasta la actualidad reconocida globalmente por una institución de esta naturaleza , lo que le da unas características únicas. Su extensión mundial alcanzó Japón , China y Korea, donde la televisión coreana ha dedicado reportajes y se está desarrollando  investigación y aplicaciones . 

En España el psicoballet , entra de la mano de dos importantes académicos españoles de gran relieve internacional, dos personajes sin fronteras e históricos, en la década de los años 80, el Catedrático Gustavo Villapalos, Rector de la Universidad Complutense de Madrid, personaje fundamental que dio origen a la creación de la Cátedra Alicia Alonso en la Universidad Complutente que daría lugar al Instituto Universitario de Danza Alicia Alonso, en la Universidad Rey Juan Carlos donde en 1983 , se dan las primeras clases oficiales de psicoballet y terapias de la danza, y de la mano del Catedrático de Psicología y prestigioso científico de renombre internacional de la Universidad Autónoma de Madrid , el Profesor José Luis Linaza, que fue el responsable de traer a España a Georgina Fariñas, y que esta dictara los primeros cursos de Psicoballet en la universidad española. 

A partir del momento de la creación de la cátedra en la Complutense , empieza el gran despliegue del psicoballet y su reconocimiento internacional desde el punto de vista académico y su aparición en este proceso de otro académico de gran prestigio, el catedrático  de Psicología de la Universidad de Granada El profesor Gualberto Buela Casal, presidente de algunos de los congresos internacionales más importantes del mundo de Psicología y Educación universitaria , que impulso las materias de artes aplicadas a la clínica , admitiendo pioneramente los primeros trabajos científicos, y simposios internacionales de psicoballet y artes aplicados al mundo clínico y de la educación que han permitido la gran visibilidad que esta disciplina emergente ha tenido en las últimas décadas, los profesores Linaza y Buela, han sido reconocidos en la Habana como miembros de honor de la International Scenic Art-Therapy Association. 

En 2015 , el profesor Cernuda, pionero en esta área , responsable de las primeras adaptaciones a nuestra cultura del psicoballet a diferentes poblaciones de enfermos psiquiátricos y personas vulnerables recibió en la Habana de las manos de Alicia Alonso y Georgina Fariñas , el Premio Internacional de Investigación en Psicoballet , recibiendo el Instituto Universitario de Danza Alicia Alonso una mención especial de honor por ser la institución académica que más ha desarrollado en el mundo la investigación y aplicaciones del psicoballet. En 2017 la destacada editorial científica INTECH, de Londres publicó en un libro internacional de proyectos innovadores de ciencia e ingeniería un capítulo dedicado al psicoballet, (Cernuda, 2017) que permitió que la palabra psicoballet sea reconocida por las bases documentales internacionales, dando a esta metodología presencia y  visibilidad científica internacional.

La idea de Investigación-Acción fue desarrollada por Kurt Lewin, en el periodo inmediato a la postguerra, como un método para intervenir en los problemas sociales. Lewin (1946) identificó cuatro fases en la investigación-acción: planificar, actuar, observar y reflexionar.

A mediados de los sesenta, desde el ámbito de la investigación, comienza un periodo de reformulaciones y planteamientos en el que surgen nuevas propuestas metodológicas de intervención social que apuestan por promover procesos participativos que incluyen a las personas como sujetos activos capaces de pensar por sí mismos y de ser generadores de transformación de su entorno.

La IAP otorga gran relevancia a los actores sociales, que no son considerados como simples objetos pasivos, sino que se transforman en investigadores activos que, con la colaboración de investigadores profesionales, participan en la identificación de necesidades o problemas a investigar, en la recopilación de la información, en la toma de decisiones y en los procesos de reflexión y acción. De esta forma hemos procedido con los indígenas amazónicos, filipinos, malayos, y con las poblaciones afrodescendientes latinoamericanas en las que hemos desarrollado procesos de cooperación al desarrollo.

A nivel clínico, la Investigación-Acción-Participación (IAP) ofrece un modelo exclusivo de investigación para la salud pública que amplia y sobrepasa los habituales en las ciencias médicas. Este modelo está basado en que, en cada una de las etapas del quehacer científico, se incluye la participación de los sujetos en la definición y ejecución de la propia investigación; es decir, participan los sujetos en la estrategia de establecer los objetivos de la investigación, las hipótesis de trabajo sobre las posibles relaciones causales, el diseño del método para identificar las variables, así como, las técnicas más indicadas según las hipótesis, las metodologías cuantitativas o cualitativas, la recogida de datos y su interpretación, y la presentación de las principales conclusiones y recomendaciones. Resulta obvio que este modelo de investigación-acción-participación no es universal y sus aplicaciones en el campo de la salud pública dependerán de la naturaleza del problema. 

El modelo IAP está inspirado en los principios democráticos y en la negociación, decidiendo entre todos cuáles son los temas que constituyen el objetivo principal de investigación, quiénes van a participar y qué tipo de relación van a tener, realizándose desde la realidad y no sobre ella. Tiene lugar en situaciones sociales concretas donde el experto, que forma parte de los procesos, tiene el papel principal de ayudar a los grupos interesados a formular los objetivos y a analizarlos. De esta forma el conocimiento que se alcanza es fuente de transformación social y de resolución de problemas (Contreras, 2002; Guinot et al., 2020).

La contribución del sociólogo y filósofo alemán Habermas (2003), con su Teoría de la Acción Comunicativa, ofrece fundamento científico, social y político a la actividad de la IAP debido a las condiciones favorables establecidas en Europa tras la Segunda Guerra Mundial para la comprensión y negociación de diferentes enfoques y puntos de vista democráticos.

Una de las problematicas que tienen que afrontar los gobiernos e instituciones político sanitarias en los próximos años son todas las implicaciones sanitarias y sociales que supone el envejecimiento demográfico. El aumento de los ciudadanos de los grupos etarios de más de 60 años nos acerca a problemáticas emergentes que se están consolidando en todas las sociedades del mundo y que están cambiando el panorama asistencial, sanitario, de ocio y de actividades económicas, lo que convierte a este sector en el más crítico necesitado de atención y servicios y, a la vez, en uno de los nichos de actividad económica más pujantes del futuro. Al tener una población mayoritaria de más edad en el mundo es necesario el aumento de desarrollos, investigaciones y procedimientos relacionados con estos grupos de edad, a los que no se les ha prestado hasta el presente, la suficiente atención que permita cubrir sus necesidades y asegurarles una adecuada calidad de vida.

En estos momentos lamentablemente son numerosos los casos de demencia, un tipo de síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. La demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. La enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común de demencia, acapara del orden de un 70% de los casos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) refiere que el número de personas con demencia está aumentando rápidamente. La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países con ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más tendrá demencia en un determinado momento. Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050.

La demencia es un síndrome –generalmente de naturaleza crónica o progresiva– caracterizado por el deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento) más allá de lo que podría considerarse una consecuencia del envejecimiento normal. La demencia afecta memoria, pensamiento, orientación, comprensión, cálculo, capacidad de aprendizaje, lenguaje y juicio. La conciencia no se ve afectada. El deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado y, en ocasiones, es precedido por el deterioro del control emocional, el comportamiento social, la motivación e incluso afecta a niveles de comportamiento motor. Todas las áreas de deterioro tal como evidencia la bibliografía internacional son compensadas y recuperadas por el disfrute estético de las artes y por la propia involucración en actividades artísticas, especialmente las escénicas que contienen movimiento, ritmo y música.

La demencia es causada por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares.

La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo. Puede resultar abrumadora no solo para quienes la padecen, sino también para sus cuidadores y familiares. Frecuentemente, existe una falta de concienciación y comprensión de la demencia lo que puede causar estigmatización y suponer un obstáculo para que las personas acudan a los oportunos servicios de diagnóstico y atención. El impacto de la demencia en los cuidadores, la familia y la sociedad puede ser de carácter físico, psicológico, social y económico.

La demencia afecta a cada persona de manera diferente dependiendo del impacto de la enfermedad y de la personalidad del sujeto. Las formas de la demencia son múltiples y diversas. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, representa entre 60% y 70% de los casos. Otras formas frecuentes son la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que pueden contribuir a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del cerebro). Los límites entre las distintas formas de demencia son difusos y frecuentemente coexisten formas mixtas. (Custodio et al., 2018; Riedijk et al., 2006).

Tratamiento y atención: Actualmente no hay ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su evolución progresiva, existen numerosos tratamientos nuevos que se están investigando y se encuentran en diversas etapas de los ensayos clínicos; sin embargo, sí existen numerosas intervenciones que se pueden ofrecer para apoyar y mejorar la vida de las personas con demencia y sus cuidadores y familias (Argimon et al., 2005, Gaugler et al., 2005; Markowitz et al. 2003; Mourik et al., 2004). Resaltando la sorpresa y el interés que en los ámbitos sanitarios están protagonizando las artes escénicas como elementos coadyuvantes de los tratamientos, las actividades artísticas favorecen la prevención y la evolución, sobre todo la danza y la música (Guzmán-García et al., 2013; Svansdottir y Snaedal, 2006).

La demencia tiene importantes repercusiones sociales y económicas en lo que respecta a los costos médicos y sociales directos y a los costos referidos a la atención prestada fuera del ámbito institucional. Según datos confeccionados por la OMS (2020) en 2015, el costo social total de la demencia a nivel mundial se estimó en US$ 818.000 millones. Esta cuantía equivale al 1,1% del producto interior bruto (PIB) mundial. El costo total expresado como proporción del PIB varía entre el 0,2% correspondiente a los países de ingresos bajos y medianos, y el 1,4% correspondiente a los países de ingresos altos.

La demencia tiene un efecto desbastador en las familias de las personas afectadas y sus cuidadores. A menudo las presiones físicas, emocionales y económicas que surgen suelen causar muchos problemas que desequilibran la calidad de vida familiar, lo que conlleva mucho estrés a los familiares y especialmente a los cuidadores que necesitan recibir apoyo por parte de los servicios sanitarios, sociales, financieros y jurídicos. A este nivel las artes nos ofrecen una alternativa cada vez más confirmada y constatada empíricamente por la investigación.

La Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 27 reconoce a toda persona el derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad y a disfrutar de las artes. En la realidad los procesos de envejecimiento y las patologías como las demencias suelen suponer una importante disminución de las oportunidades para ejercer este derecho, puesto que se ha constatado como un factor relacionado negativamente con la participación de las personas en actividades culturales y artísticas (Paillard-Borg et al., 2009); sin embargo, diferentes experiencias y diversos estudios señalan una relación positiva entre la participación en actividades artísticas y culturales con la salud y el bienestar durante los procesos de envejecimiento (Cernuda, 2017, 2018; Cohen, 2009; Cohen et al., 2006; Fisher y Specht, 1999; Wikström, 2002).

El arte es una actividad creativa humana asociada fundamentalmente con la cognición abstracta y simbólica que, a diferencia de otras competencias cognitivas como el lenguaje, las habilidades y la creatividad artística, aparecen vinculadas con amplias y diversas zonas cerebrales (Zaidel, 2014), lo que podría explicar la persistencia de su funcionalidad, incluso en casos de personas con daño cerebral o demencia. Existe una amplia casuística profesional de artistas afectados a los que la demencia no ha impedido su actividad creativa.

Ullán et al. (2013) tras desarrollar un importante programa cultural y artístico con personas afectadas de demencia concluyeron que la demencia no supuso impedimento para la participación en el programa, que fue una oportunidad para la creatividad, el aprendizaje, el disfrute y la comunicación de las personas con demencia. A juicio de los autores facilitar el acceso al arte y a la educación artística a personas con demencia temprana puede contribuir a hacer efectivos sus derechos y a mejorar los sistemas de cuidado.

La danzaterapeuta De Andrés (2019) realizó su tesis doctoral bajo la dirección del autor de este texto, en la Universidad Rey Juan Carlos con el objetivo de estudiar los beneficios de la danza creativa terapéutica y del psicoballet cubano en enfermos de demencia y Alzheimer. Creado en Cuba en 1973 el psicoballet es una terapia, reconocida oficialmente por la UNESCO en 1984 tras analizar un dossier de 29.000 casos tratados con éxito, que mediante el arte y la ciencia trata a pacientes con trastornos mentales. 

Especialistas extranjeros viajaban a La Habana para estudiar este innovador método de unión de la terapia psicológica y médica con la danza. Los grupos de bailarines los conforman personas de ambos géneros y de diferentes edades con diagnósticos muy variados, desde el Síndrome de Down y parálisis cerebral hasta distintos tipos de discapacidad intelectual, donde cada una de ellas encuentra en el psicoballet lo que necesita. Las sesiones, que mezclan movimientos rítmicos derivados de la danza clásica y música, facilitan el tratamiento terapéutico incidiendo en aspectos que ayudan a la rehabilitación y recuperación de los problemas de los pacientes (Cernuda, 2012).

De Andrés (2019) es una de las pioneras en aplicar la danza en nuestro país para tratar estas problemáticas. En su tesis doctoral se procedió a adaptar el test POMS, prueba de evaluación que mide los estados de humor en el ámbito clínico muy popularizada en el mundo del deporte de alto rendimiento por Cernuda (1985) quien la introdujo en España haciendo la primera validación en la Universidad Autónoma de Madrid. Para proporcionar la medida de los efectos de las sesiones de danza fue necesaria adaptar esta escala y validarla a la población de enfermos de demencia y Alzheimer pudiendo, de este modo, ofrecer a la comunidad científica y terapéutica un nuevo instrumento de trabajo. Para suministrar la valoración cuantitativa de las escalas Likert se diseñó un sistema de vasos con diferentes volúmenes de agua para facilitar la elección del grado de medida de los diferentes ítems, resultando validado el sistema y demostrando su utilidad para medir a esta población de personas afectadas con demencia (De Andrés et al., 2019).

II. Objetivos

Comprobar la eficacia de la arteterapia escénica a través de un tratamiento de sesiones de psicoballet en la estimulación cognitiva y la calidad de vida de adultos mayores con problemas neurológicos, cognitivos y depresión.

III. Metodología

Sujetos: Participaron 115 adultos mayores, institucionalizados en la Comunidad de Madrid, con problemas diagnosticados de depresión, deterioro cognitivo, de 63 a 75 años de ambos sexos, con una media de 70,3 años y desviación típica de 7,4, 41% varones y 59% mujeres.

Instrumentos: En este estudio utilizamos la adaptación y validación al castellano del Profile of Mood States (POMS) de McNair et al. (1971), que se realizó en la Universidad Autónoma de Madrid por Cernuda (1985).

El POMS incluye 58 acápites agrupados en seis factores: tensión, depresión, cólera, vigor, fatiga y confusión. El vigor se refiere a un estado de ánimo positivo y los demás factores a un estado de ánimo negativo. Cada acápite es valorado siguiendo un formato tipo Likert, con cinco alternativas de respuesta: nada (0), poco (uno), regular (dos), bastante (tres), mucho (cuatro). Todos los acápites están formulados en la misma dirección, menos eficiente (confusión) y relajado (tensión). Se utilizó un cronómetro para medir los tiempos de respuesta y una hoja con un sistema de respuesta gráfico para agilizar y facilitar las contestaciones a los instrumentos que utilizan una escala tipo Likert.

Procedimiento: el test POMS fue aplicado a cada participante antes y después de las treinta y dos sesiones que se desarrollaron en el programa de intervención con psicoballet. Todas las sesiones, de 60 minutos, tuvieron la misma estructura y fueron grupales, respetando siempre las necesidades terapéuticas del grupo. Se realizaron dos veces por semana y los grupos se organizaron por cupos de 20 participantes. Cada participante contestó al cuestionario POMS solo una vez por semana, aunque participara en psicoballet en más ocasiones. Se midieron los tiempos de finalización de los cuestionarios en cada una de sus aplicaciones.

A pesar de que originalmente el POMS es considerado autoadministrable, en nuestra muestra se preguntó a los participantes si querían completar los cuestionarios ellos solos o con ayuda. Todos solicitaron ayuda y la explicación de alguno de los acápites, la cual se hizo siempre de la misma manera. En el POMS se puede responder en función de cómo se siente el sujeto en el momento de la administración o cómo se ha sentido durante la última semana. Debido a los problemas de memoria de los participantes nos interesaba registrar los sentimientos en ese mismo instante por lo que dentro del protocolo de administración se utilizó la frase: “Cómo te sientes ahora mismo de…”. Los cuestionarios fueron administrados por los responsables de las sesiones de psicoballet. 

Los análisis estadísticos se llevaron a cabo utilizando el software IBM SPSS Statistics 22.0. Para estudiar los efectos de las sesiones de psicoballet se compararon las medias existentes pre-sesión de los factores medidos por el POMS con las medias mostradas pos-sesión mediante el estadístico prueba t de muestras relacionadas y tamaño del efecto de las comparaciones pre-pos psicoballet de los factores del POMS (tabla 1).

IV. Resultados

 

Tabla 1. Pruebas t de muestras relacionadas y tamaño del efecto de las comparaciones pre-pos psicoballet de los factores del Profile of Mood States.

Nota. IC 95 %: intervalo de confianza al 95 %. a Media ± desviación estándar; b p < 0,05

Fuente. Elaboración propia.

La prueba t para dos muestras relacionadas compara las medias de dos variables de un solo grupo. Calcula las diferencias entre los valores de las dos variables y contrasta si la media difiere de cero, por este motivo ha sido elegido este estadístico, que se aplica cuando los datos están apareados o emparejados (provienen de sujetos con variables medidas antes y después del tratamiento). Para realizar un contraste de hipótesis de muestras relacionadas se requieren, al menos, dos variables que representen valores para los dos miembros del par, por ejemplo, medidas pre-test y post-test, como ocurre en este caso concreto.

Al analizar los datos estadísticos descriptivos de las subescalas del POMS (tabla 1) se observa que la desviación típica fue mayor que la media en los factores tensión, depresión, angustia, fatiga y confusión La probabilidad adoptada es p<0,05 y se observan diferencias significativas en todas las variables que tienen un superíndice “b” que señala que son menores de 0,05, como son tensión con 0,002, depresión con 0,001, vigor con 0,001 y confusión con 0,001. Esto no ocurre en los factores cólera con 0,692 y fatiga con 0,111 que, aunque a nivel media descienden tras las sesiones de psicoballet, no lo hacen de forma significativa, puesto que son mayores que la probabilidad adoptada de 0,05.

V. Discusión

Comprobamos que en los resultados sí hay diferencias demostrativas puesto que la significación bilateral es menor que 0,05, por lo que concluimos que después de las sesiones de psicoballet los factores tensión, depresión y confusión bajan, mientras que vigor sube significativamente. La mayor influencia de las sesiones de psicoballet aparece en vigor y la menor en confusión. Las sesiones de psicoballet no tuvieron influencia sobre la fatiga y la cólera.

Es interesante acentuar que después de las sesiones de psicoballet la mayoría de los participantes, en todas las variables medidas por el POMS, están por debajo de la media previa, excepto el factor vigor que está por encima de la media previa a la sesión. Esto coincide con un fenómeno observado en alto rendimiento deportivo conocido como como perfil iceberg (Morgan y Pollock, 1977) que sería en esencia el perfil ideal de alto rendimiento y predicción de éxito, siendo un índice revelador del positivo efecto de las sesiones de psicoballet en esta población.

VI. Conclusiones

Las artes, en coincidencia con la bibliografía internacional revisada, son un interesante elemento coadyuvante de los tratamientos en ancianos, en general, y más patente con problemas cognitivos, neurológicos y depresivos en donde son fundamentales las intervenciones orientadas a reducir la confusión y las emociones negativas para incrementar la calidad de vida y el bienestar, potenciando así el estado de ánimo positivo.

Son necesarias más investigaciones para identificar tratamientos eficaces que reduzcan las emociones negativas y aumenten las positivas, como ocurre con el psicoballet.

Deberíamos tener en cuenta también que el psicoballet, creado en Cuba, es una terapia  de bajo coste económico y libre de efectos secundarios.

Las medidas del POMS nos sugieren que el psicoballet es una terapia no farmacológica beneficiosa para el tratamiento de personas con problemas neurológicos, cognitivos y emocionales con sentimientos depresivos.

Las artes escénicas, especialmente la danza y la música deberían tenerse en cuenta en programas de prevención e intervención en tercera edad por sus constatados beneficios para la salud mental, física y las competencias cognitivas.

VII. Referencias

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